En la búsqueda de fuentes alternativas de energía, Sony ha estado trabajando durante los últimos cuatro años en el concepto de las 'biobaterías'. Una de sus apuestas la ha centrado en el cartón corrugado.
Este material es uno de los que mejor se ha adaptado al proceso de reciclado, y ahora se experimenta con su potencial para proporcionar energía a dispositivos electrónicos. Desde 2009 la empresa japonesa comenzó sus investigaciones sobre biobaterías y por lo pronto ha logrado una importante reducción en el tamaño las 'pilas' para los aparatos que fabrica.
El proceso consiste en descomponer el cartón a través de dos grupos de enzimas. El primero se encarga de romper la cadena de la celulosa y el segundo se concentra en procesar el azúcar resultante, obteniendo de este modo iones de hidrógeno y electrones. Los electrones son enviados a un circuito externo para alimentarlo de electricidad, mientras que los iones de hidrógeno se combinan con el oxígeno del aire, formando agua.
Esto convierte al proceso en 'amigable' con el ambiente, y técnicamente lo inserta en el concepro de 'biobatería'. Los niveles de energía obtenidos aún no son suficientes, apenas alcanzan para alimentar reproductores digitales, por lo que no reúne las condiciones para recargar o reemplazar a las baterías convencionales e introducirlo en el mercado.
En una demostración llevada a cabo en la ciudad de Tokio, la compañía mostró cómo el cartón puede proporcionar suficiente energía para alimentar un ventilador.
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