miércoles, 14 de septiembre de 2011

EL DIA DE LA ESCARAPELA


“La primera fecha que tenemos, más o menos cierta, del uso de los actuales colores patrios, es
la del 19 de mayo de 1810.” Dan cuenta de ellos diversas cartas publicadas en un folleto bajo el
título “La gran semana de 1810”, firmado con iniciales que indicarían a Vicente Fidel López
como su autor. Ese día un grupo de patriotas se entrevistó con Saavedra en el cuartel de
Patricios. “En eso se entraron de sopetón, abriéndose lugar, las madamas Casilda, Angelita y las
dos hermanas Isabel y Juanita P. con las de Lasala y Riglos. Venían de rebozo celeste ribeteado
de cintas blancas.”
Otra esquela, pero del día 21 señala “la furia de los rebozos de frisa celeste
ribeteados de cintas blancas. No hay una muchacha o una dama que no pase la noche cosiendo
su rebozo para salir a la calle y pasear por delante de los cuarteles”.
En “Noticias biográficas de D. Cornelio Saavedra”, publicado por Julio Núñez en 1857, se afirma
que “las gentes concurrían a la plaza en número considerable con cintas blancas y celestes en
el sombrero”. José María Ramos Mejía, en Las Multitudes Argentinas, dice refiriéndose a los
hechos del 25 de mayo: “Cuando French advierte que por inspiración anónima todo el mundo
usa un distintivo celeste y blanco, él y sus compañeros, que no lo tenían, entran en una tienda
de la Recova y lo adoptan con entusiasmo. Esa es la verdadera versión”.
El error de atribuir a French la creación de la escarapela posiblemente naciera de la tradición
oral recogida por Mitre. Una comisión oficial nombrada en 1933 explica cómo pudo haber
ocurrido: uno de los “chisperos” de French, que en ese entonces contaba con dieciséis años,
fue quien relató a Mitre el acto del reparto de cintas, sin hacer mención de que esos colores ya
eran divisa desde algunos días antes.
Aunque para colmo, el propio texto de Mitre desmiente el mito: “Al mismo tiempo que en las
galerías altas de la Casa Capitular se celebraba la sesión del Cabildo, una escena más animada
se desarrollaba en la Plaza. Como la reunión se engrosara por momentos y fuera necesario
darle una organización, imaginó French la adopción de un distintivo para los patriotas. Entró en
una de las tiendas de la Recova y tomó varias piezas de cintas blancas y celestes, colores
popularizados por los Patricios en sus uniformes desde las invasiones inglesas y que había
adoptado el pueblo como divisa de partido en los días anteriores. Apostando enseguida
piquetes en las avenidas de la plaza, los armó de tijeras y cintas blancas y celestes, con orden
de no dejar penetrar sino a los patriotas, y de hacerles poner el distintivo. Beruti fue el primero
que lo enarboló en su sombrero. Tal fue el origen de los colores de la bandera argentina, cuya
memoria se ha salvado por la tradición oral”
(Fuente: Historia de los símbolos nacionales argentinos, de Luis Cánepa, Vicente Fidel López y
J.M. Ramos Mejía, libros citados en el texto, Los emblemas de la patria y su origen, de Carlos
Roberts.)





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