lunes, 17 de octubre de 2011

Los afrodisíacos



Ya en el Antiguo Testamento, Génesis 30: 14 y 15, hace su aparición una planta afrodisíaca: la
mandrágora. Aristóteles (500 a.C.) menciona el efecto afrodisíaco de las cantáridas, unos
(¡puaj!) insectos que aumentaban el deseo sexual de quien los comía. El nombre tiene
antecedentes obvios: hace referencia a Afrodita, diosa griega del Amor, más tarde asimilada a
Venus entre los romanos.
Desde el descubrimiento de América, muchas sustancias de origen vegetal, particularmente en
el Amazonas, sostuvieron la leyenda del estímulo sexual; algunas de ellas, incluso, fueron
adoptadas por la medicina con otros fines: la morfina, la atropina, la reserpina, el curare y la
nicotina, entre otras. Ninguna de ellas, analizada como afrodisíaco, arrojó nunca resultados más
concretos que los de cualquier placebo. La que más se ha aproximado a esta definición es la
yohimbina, presente en la corteza de árboles africanos y amazónicos, y de comercialización
desde fines de los años cincuenta. Sin embargo, no está desprovista de efectos colaterales:
puede provocar nerviosismo, temblores, aumento de la presión y convulsiones, síntomas que no
parecen muy seductores si el objetivo es la cama.
La nuez moscada se utilizó como estimulante en las prisiones, donde se consume rallada. Su
uso puede producir efecto estimulante, pero en dosis próximas al envenenamiento. También
debe notarse que, según los años de detención del recluso, hasta una foto de Berta Singerman
recitando a Alfonsina podría resultar sexy.
Está instalado en la sabiduría popular que la pimienta, la cebolla y otros condimentos tienen
efectos similares; lo que probablemente suceda es que producen una vasodilatación y calor en
la uretra, el canal por donde se elimina la orina. Hay quienes creen que tener ganas de mear es
una situación similar a la de excitación sexual, pero yo nunca invitaría a esos tipos a una fiesta.
La cafeína presente en el café, el té y el ginseng aumenta el estado de alerta, la atención y el
estrés, que son ingredientes necesarios pero no suficientes para la actividad sexual. De otro
modo, los centinelas no podrían sacarse a las chicas de encima.
Ciertos medicamentos llamados psicotónicos o eutónicos, como el ácido glutámico, el ácido
aspártico y la colina asociados a vitamina E están presentes en el mercado prometiendo efectos
afrodisíacos. Pueden tener algún efecto sobre el metabolismo en general y mejorar
secundariamente el desempeño sexual de un paciente estresado, pero sus consecuencias,
según las investigaciones, no son superiores a las de un placebo.
(Fuente: www.menssana.com.ve)




0 comentarios:

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Bluehost Review